El caso de Mariela Bessonart: una fosa y papeles enterrados, nuevas piezas de un misterio que ya lleva 16 años
CÓRDOBA. Un nuevo giro tiene el caso de la desaparición de Mariela Bessonart, ocurrida en Villa María en 2005. La fiscal de la causa amplió la acusación contra su exmarido, Rodolfo Delpino; le sumó la imputación de supuesto autor responsable del delito de homicidio calificado por alevosía. Hasta ahora estaba acusado por privación ilegítima de la libertad calificada. Pese a la nueva carátula, el hombre seguirá en libertad.
Hace una semana, en un rastrillaje ordenado por la fiscal Juliana Companys, encontraron documentación y papeles del 2005; estaban enterrados en una fosa, en un campo de Delpino. En el mismo operativo, otras excavaciones dieron resultados negativos en cuanto a la posible presencia de restos óseos bajo tierra.
Delpino, productor rural, declaró que el 28 de setiembre de 2005 -día que desapareció Bessonart- la llevó en su auto hasta el centro de Villa María para realizar trámites bancarios. En ese momento la mujer tenía 38 años. Aunque estaban separados vincularmente, seguían viviendo juntos.
Mariela Bessonart
Ese día él la pasó a buscar por el taller mecánico donde Bessonart había dejado su auto. Delpino afirmó que la había dejado a dos cuadras de la sucursal del Banco Nación; un testigo dijo que ella fue hacia la ruta 9.
Delpino estuvo preso un año acusado de privación ilegítima de la libertad agravada por el paso del tiempo y quedó en libertad por orden del Superior Tribunal de Justicia de Córdoba; la causa se elevó a juicio en 2010, pero nunca se inició el proceso.
A fines de 2016 murió la madre de Bessonart, Teresa Ramírez, a quien vio por última vez la mañana del día que desapareció. Ella y su otra hija eran quienes reclamaban justicia. La mujer era madre de tres hijos; todos ellos son mayores de edad, pero no quieren ser parte de la causa judicial.
Fueron los chicos quienes le avisaron a su abuela que su madre no había regresado; se hizo la denuncia y empezó la búsqueda.
Bessonart y Delpino comenzaron su relación cuando tenían 16 y 21 años, respectivamente. Ella quedó embarazada al año y las familias decidieron que se casaran. Como matrimonio se fueron a vivir a Los Zorros, donde está el campo en el que se realizaron las excavaciones días atrás.
En el 2000 él comenzó una relación extramatrimonial que se extendió y fue “descubierta” por Bessonart en 2003; encontró a los amantes juntos. Hay testimonios de que ese día su marido le dijo: “Esto te va a salir muy caro”. Un año después se separaron y en 2005 obtuvieron la sentencia de divorcio.
Ese año ella retomó el secundario. El martes 27 de septiembre de 2005, Delpino llegó a la casa de Mariela y sus hijos, se quiso quedar a dormir, pero ella lo echó. Al otro día, a las 8.30, la buscó para ir al banco. Nunca más se la vio. Hay versiones de que él tenía celos y bronca por cómo había debido compartir el dinero en el divorcio.
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Reclamo
Siete meses después de la desaparición de Bessonart, Juan Carlos Blumberg encabezó una marcha con sus familiares frente a los tribunales de Villa María; el gobierno cordobés entonces ofreció una recompensa de 100.000 pesos. En 2012 la Justicia Civil decretó su muerte: entendió que había fallecido la misma jornada en que desapareció. Nunca se encontraron sus restos y la causa penal continuó.
Según dijeron fuentes de la investigación a El Diario de Villa María, la documentación encontrada “pone a la expareja en el lugar”; son papeles y prospectos utilizados con fertilizantes. Lo más importante es dónde se encontraron y la fecha en que fueron enterrados.
Policías
En 2006, cuando fue detenido Delpino, fueron imputados y detenidos dos policías relacionados con la causa por la sospecha de que le habían filtrado información. Los acusaron de encubrimiento agravado.
Esta vez, se filtraron fotos de las excavaciones y los movimientos de los funcionarios en el campo y la fiscal imputó a tres policías.