Santa Cruz: la isla del tesoro K

Existen muchas historias, cuentos, novelas y películas sobre piratas. Un argumento recurrente en ellas es la búsqueda de los tesoros robados que los mismos piratas escondían en alguna isla remota. Hacerse de los mapas para llegar y apoderarse de ellos a fuerza de sangre y fuego era un formato de guion en el cual se inspiraron varios autores que incursionaron en ese género. La comparación puede ser odiosa, pero en Santa Cruz ocurrieron y ocurren situaciones similares a estos relatos que conjugan tragedias y aventuras.

Esta semana, un hecho policial impactó de lleno en la política de Santa Cruz. El 22 de mayo pasado, Marcela López, una mujer de 61 años, desapareció en Río Gallegos. A partir de ese momento sus hijas y familiares comenzaron a exigir a la Justicia su aparición e incluso fueron parte de la búsqueda. Así fue como el 11 de julio pasado, mientras hacían un relevamiento visual en la vivienda de Mitre al 100 en la capital de Santa Cruz, fueron testigos del hallazgo de cajas con dólares termosellados con sello del Banco Nación. Además, se encontró un maxilar humano en un gallinero, que luego se supo no pertenecía a la persona desaparecida. Grabaron conversaciones con el encargado de la casa donde se encontró el dinero, que pertenece a Mario Balado, un militante de La Cámpora y ex asesor del Bloque del Frente de Todos, que en la actualidad se desempeña como uno de los administradores de las propiedades de Máximo y Florencia Kirchner. El caso es complicado; el hallazgo no se hizo con una orden de allanamiento sino con el consentimiento de José Luis Balado, tío de Mario Balado y expareja de la mujer desaparecida. El hombre le dijo al abogado de la familia de López, que el inmueble en cuestión es de su sobrino Mario y luego se desmayó ante la presencia de los familiares de su expareja.

El abogado de las hijas de Marcela López, Jorge Trevotich, contó que dejaron los billetes en su lugar y que hicieron una presentación ante la jueza Valeria López Lestón, una magistrada familiar de Néstor Kirchner y Alicia Kirchner. Trevotich pidió que se hiciera un allanamiento en el lugar, y aunque la jueza ordenó la medida exceptuó del procedimiento a la vivienda donde se hallaron los dólares. Por esa razón es que pidieron el apartamiento de la magistrada, que fue separada transitoriamente de la investigación. El hecho se dio a conocer a través de una denuncia periodística de la Agencia de Noticias OPI Santa Cruz y pone nuevamente bajo sospecha el manejo de dinero negro proveniente de la corrupción investigado en tantas causas federales.

La situación movilizó a referentes de la oposición, que dudan del esclarecimiento del caso. La diputada nacional Mariana Zuvic pidió a la Justicia Federal de Río Gallegos que se “garantice la inmediata protección de José Luis Balado, como así también de los familiares de Marcela López”. En las últimas horas, el Juez Federal de Río Gallegos, Claudio Vázquez, requirió a la Justicia provincial una copia de la causa que investiga la desaparición de Marcela López. Busca analizar si hay relación con el supuesto hallazgo de fajos de dólares y la hipótesis de un secuestro extorsivo de la mujer. Por su parte, el diputado nacional Álvaro de Lamadrid manifestó que la Justicia de Santa Cruz “no va a investigar qué paso con Marcela López; no les conviene llegar a la verdad porque lo sucedido afecta al poder político y demuestra que la plata robada a los argentinos está enterrada o en propiedades de los Kirchner”.

No es la primera vez que en Santa Cruz ocurren hechos criminales relacionados con personas allegadas a los Kirchner que van desde robos, secuestros, desapariciones, “entraderas” y hasta un asesinato, como fue el de Fabián Gutiérrez, exsecretario de Cristina Kirchner. Ese crimen, sucedido el 3 de julio del año pasado, aún está muy fresco en la memoria de Santa Cruz, y para el juez de instrucción Carlos Narvarte existen pruebas suficientes para que Facundo Zaeta, Facundo Gómez y Pedro Monzón sean juzgados por el delito de homicidio doblemente calificado por ensañamiento y alevosía. Las pericias determinaron que a Gutiérrez “le pegaron con un palo en la cabeza en el parietal izquierdo, lo maniataron, le propinaron golpes en la cara y en el cuerpo y lo ahorcaron varias veces con un cable, hasta ahogarlo”. Luego, aparentemente cuando ya estaba muerto, le efectuaron cortes en el cuello.

El crimen de Fabián Gutiérrez, uno de los hechos que han alimentado todo tipo de sospechas y conjeturas en Santa Cruz (Daniel Torres/)

Según reflejan las primeras crónicas del hecho, uno de los implicados, Facundo Zaeta, declaró a poco de ser detenido que “Gómez me dijo que en ese encuentro (con Gutiérrez) solo nos íbamos a quedar con el dinero; me dijo que nadie iba a salir lastimado, que iba a llegar a la casa, le hacía unas preguntas y se iría con el dinero en negro que tenía Gutiérrez de la corrupción. Andaba con mucha plata, tenía millones de dólares”. Zaeta reconoció que sedujo a Gutiérrez para robarle dinero en la casa, pero acusó a su amigo Facundo Gómez de haber orquestado el plan y de haberlo matado. También dijo que temía por su vida.

En principio se habló de “crimen pasional”, de “crimen de odio”, pero los investigadores forzaron que la investigación apuntara hacia la posibilidad de un secuestro seguido por torturas y asesinato, con el fin de que la víctima suministrara información sobre dinero escondido de la corrupción kirchnerista. Este es un móvil que tiene antecedentes en la provincia de Santa Cruz, también con personas ligadas al entorno de los Kirchner y Lázaro Báez, que incluso fueron denunciadas en su momento y forman parta de una presentación ampliatoria de la causa “Fernández, Cristina E. y otros s/asociación ilícita” que tramitaba ante el entonces juez federal Claudio Bonadío, (Causa 9608/2018), firmada por las diputadas Mariana Zuvic y Paula Oliveto a fines de 2018.

En esa denuncia se mencionan distintos episodios similares, sin un final trágico como el de Fabián Gutiérrez, ocurridos en los últimos años en Santa Cruz, sospechados de estar vinculados a la búsqueda de dinero que supuestamente tendrían en su poder allegados a la ex familia presidencial y al empresario Lázaro Báez. Fueron años tan particulares respecto a las versiones alrededor del supuesto dinero de la corrupción que en la provincia aún recuerdan cuando en 2016 en las “cuevas” de Río Gallegos se conseguía el “dólar Santa Cruz”, que era un dólar que se vendía por un valor más bajo que el oficial con el fin de desprenderse de ellos, lo que daba cuenta de una cantidad de dólares “sucios” que circulaban por un circuito sospechoso.

Algunos hechos denunciados

En la madrugada del 8 de mayo de 2016, Roberto Néstor Sosa, exsecretario de Néstor Kirchner y colaborador por más de diez años en su entorno, fue secuestrado por dos jóvenes con militancia dentro del Frente para la Victoria, quienes buscaban dinero que presuntamente atesoraba en su domicilio. Según relataron medios locales en ese momento, Sosa fue sacado de su domicilio y llevado al de los secuestradores, recibiendo golpes, presumiblemente para que dijera lo que sabía sobre la plata que guardaba de Kirchner y Báez.

En la mañana del 1 de junio de 2016, tres asaltantes armados ingresaron en el domicilio de los padres de otro exsecretario de los Kirchner, Daniel Álvarez, en el modesto barrio 366 Viviendas de Río Gallegos, y se alzaron con “una suma significativa de dinero”.

El 6 de febrero de 2017, un asalto tipo comando tuvo lugar a 10 kilómetros de Junín de los Andes, en una de las casas del empresario y tesorero kirchnerista Raúl Copetti, que meses después fue detenido en la “Causa de los cuadernos”. Los delincuentes cavaron pozos, hicieron boquetes en las paredes y levantaron los tablones buscando dinero.

En noviembre de 2018, al menos dos personas ingresaron en la vivienda de 25 de mayo al 200, en Río Gallegos, que alguna vez habitó la familia del expresidente Néstor Kirchner y que en ese momento ocupaban miembros de la familia Mayán, parientes del exmandatario. Las primeras informaciones indicaron que se trató de un robo común. Sin embargo, trascendió que podría tratarse de un hecho vinculado a la búsqueda de dinero supuestamente escondido en propiedades de los Kirchner. Graciela Mayán y su pareja, ambos mayores de 70 años, fueron maniatados por delincuentes que ingresaron a la casa rompiendo una de las puertas mientras exigían que les entregaran dinero que supuestamente guardaban los moradores de la vivienda.

Un asalto sucedido el 17 y el 18 de septiembre de 2018, en la Estancia Montenegro, ubicada a 80 kilómetros de Río Gallegos, tuvo como víctima a la familia Jamienson. Colin, Juan y Esteban Jamienson figuraban como socios y contratistas de Lázaro Báez a través de Austral Construcciones. Fueron maniatados y luego de quitarles sus celulares les preguntaron insistentemente por “el contenedor que Müller tendría escondido en esa estancia” y por la maquinaria que tenían a fin de hacer excavaciones.

La oportuna denuncia de Zuvic hace hincapié en que estos sucesos policiales, que tuvieron como víctimas a personas allegadas a la familia Kirchner y a Lázaro Báez, se produjeron coincidentemente con los allanamientos masivos que se realizaron en Santa Cruz, en el marco de la investigación por lavado que se le sigue al empresario Lázaro Báez y tienen un común denominador: la búsqueda del dinero escondido de la corrupción kirchnerista, investigada hoy en distintas causas federales.

A este recuento de delitos habría que agregar lo que señalan otros denunciantes que investigaron el destino del dinero de la corrupción en Santa Cruz, como el diputado Álvaro De Lamadrid, que afirma la existencia de más casos similares a los relatados pero que nunca fueron denunciados a la policía. “La violencia relacionada con los hechos de corrupción en Santa Cruz no es nueva. Hay que recordar, por ejemplo, el asesinato de Raúl Cacho Espinoza, sucedido el 30 enero de 2003. Espinoza era dueño Pesquera San Isidro y conocía chanchullos de CONARPESA y los Kirchner debían apartarlo porque estaba por denunciar negociados que escondían negocios del narcotráfico”, recuerda el legislador radical a LA NACION.

En Santa Cruz la fiebre por el “oro kirchnerista” sigue vigente porque la justicia está en deuda, ya que nunca aclaró el origen de las fortunas de los secretarios, choferes y empleados de la familia Kirchner devenidos en nuevos ricos, empresarios y terratenientes. Detrás de ellos van los delincuentes en busca de datos, versiones, planos, soplones y de testaferros traidores y traicionados, cometiendo hechos delictivos que hacen que en la provincia se vivan escenas similares a las de aquellas islas de relatos novelescos en las que se escondían tesoros robados que forjaban luchas interminables y violentas por encontrarlos.

La realidad está ahí, pero parece que muchos eligen no verla.