En el acto de cierre de campaña, la vicepresidenta Cristina Kirchner se refirió a la situación económica del país. Con números oficiales y frases elocuentes, comparó cifras de diciembre de 2015, cuando dejó la presidencia, y diciembre de 2019, cuando, junto con Alberto Fernández, volvió a recibir la conducción del país tras el gobierno de Mauricio Macri. Pero algunas de sus afirmaciones quedaron bajo la lupa.

Una de las frases más llamativas de la vicepresidenta hizo referencia a una situación personal. Dijo que volvió a tener “calefacción en el edificio”, ya que desde que asumió el gobierno actual “no hubo más tarifazos” y “la gente volvió a prender la estufa”.

En rigor, la última suba de la tarifa de electricidad fue en mayo, cuando aumentó un 9% para los usuarios residenciales tras haber estado casi dos años congelada. En tanto, ese mismo mes se autorizó un incremento del 6% para el gas.

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“En 2015 el Gobierno dejó una situación energética al borde del colapso. No había ‘tarifazos’ pero importábamos gas por casi US$6000 millones; te regalaban la luz y por eso había cortes y las empresas estaban quebradas. Con Mauricio Macri hubo un aumento del 3700%, pero porque la luz pasó de estar de $23 a $895. Ahora vienen congelando de nuevo y las tarifas se atrasan otra vez, lo que pasó de 2003 a 2015 lo están haciendo de 2018 hasta hoy. Las tarifas vienen atrasadas en 160%”, analizó Fernando Marull, director de FMyA.

El atraso tarifario fue reconocido por el propio presidente Alberto Fernández. En junio de este año dijo: “Si hubiera seguido lo que indicaba la normativa en materia de regulación tarifaria que dejó vigente el gobierno anterior, tendríamos que haber aumentado 180% la tarifa de electricidad y 160% la de gas”.

Desocupación de una sola cifra

Siguiendo con el discurso de la vicepresidenta, Cristina señaló que cuando el gobierno kirchnerista retomó la conducción del país, el 10 de diciembre de 2019, la cifra de desocupación ya no era de un dígito. “No era del 5,9%, como cuando entregamos el gobierno el 9 de diciembre a las 12 de la noche, como la Cenicienta. Por orden judicial, claro”, acotó.

Los números del Indec del tercer trimestre de 2015 coinciden. Sin embargo, para los economistas no son datos de fiar porque el Indec fue intervenido durante la gestión de Guillermo Moreno. Entre el cuarto trimestre de ese año y el primero de 2016, no hay datos. En cambio, el instituto de las estadísticas saltó directamente al segundo trimestre de 2016, cuando el porcentaje alcanzó un 9,3%.

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“No se incluyen datos de trimestres anteriores dado que, conforme a la emergencia estadística, el INDEC ha dispuesto que las series publicadas con posterioridad al primer trimestre de 2007 y hasta el cuarto trimestre de 2015, deben ser consideradas con reservas”, destacó el informe oficial. El mismo criterio adoptó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

¿El salario más alto de Latinoamérica?

Siguiendo con el mercado laboral, Cristina Kirchner también aseguró en su discurso que “aquel país del 9 de diciembre de 2015 tenía el salario en dólares más alto de Latinoamérica” y que, cuando regresó al poder como vicepresidenta, el sueldo pasó a ser “uno de los más bajos” de la región.

Según un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda, en noviembre de 2015 la Argentina tenía un salario mínimo, vital y móvil (SMVM) de US$580, el más alto de América latina. En diciembre de 2019, el país descendió al puesto número 11, con un sueldo mínimo de US$268. “Claro que fue uno de los más altos, si el dólar estaba a $9. Pero ese dólar oficial no existía, había cepo y la referencia era el dólar paralelo, que estaba a $14. Una brecha del 45%”, apuntó Marull.

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Al medir el Salario Promedio de los Trabajadores Registrados (Ripte) al dólar contado con liquidación (CCL), que sirve como una suerte de termómetro de la economía del país y para el que no rige el cepo cambiario, en diciembre de 2015 equivalía a US$1091. El pico máximo fue en diciembre de 2017, cuando alcanzó los US$1509. Desde ese entonces, se desplomó hasta los US$530 actuales.

El miércoles pasado Fernández también hizo un comentario al respecto. Remarcó que la mayor preocupación del Gobierno es hacer crecer el salario, porque “se había caído a pedazos los cuatro años anteriores”. A su vez, aseguró que “hoy el salario real está igual que en diciembre de 2019”. Pero cuando se miran los números oficiales, las cifras no coinciden.

🎙️ «El salario hoy está igual que en 2019, porque no creemos en una economía donde el ajuste lo paguen los que trabajan, sino que son ellos quienes aportan al crecimiento». El presidente @alferdez en el cierre de campaña del @frentedetodos de la provincia de Buenos Aires. pic.twitter.com/yGX7cCHm6W

— Alberto Fernández Prensa (@alferdezprensa) September 8, 2021

De acuerdo con un análisis de la consultora Abeceb, en base a datos oficiales, el salario real cayó un 9% entre 2019 y 2021. Los trabajadores no asalariados se llevaron la peor parte, con una baja del salario real del 16,9%, seguido por los asalariados no registrados (-13%) y los empleados públicos (-12,6%).

Solo los asalariados registrados tuvieron apenas una caída del 1,4%. “Hay una gran diferencia porque el salario privado formal fue el más protegido durante la pandemia, producto de que tiene protección sindical. Ahora están con las paritarias, en las que se están acordando aumentos de entre el 40% y el 45%, junto con una inflación que va bajando de a poquito”, explicó Ricardo Delgado, presidente de Analytica Consultora.

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Para Guido Lorenzo, director de la consultora LCG, uno de los mayores problemas que tuvieron los salarios en los últimos cuatro años fueron los niveles de inflación y la velocidad con la que se actualizan los precios. “Todos los meses tenés una inflación del 3%, pero cada tres meses no te sentás a negociar los salarios. Ahí ya perdiste en términos reales”, consideró.

Un “geriátrico de vacas”

En el tramo final de su discurso, Cristina Kirchner defendió el cepo a la carne. “El 75% de lo que se exportaba en carne se lo llevaba China, hasta que Alberto tomó la medida”, remarcó, al tiempo en que desmintió que “todas las vacas que se iban para la exportación eran vacas viejas” porque sino tendríamos “un geriátrico en lugar de producción vacuna”.

“Respecto de las exportaciones a China, se estima que cerca del 75% de las exportaciones está integrada por esta categoría [la vaca vieja] y buena parte de lo que acompaña estas exportaciones son cortes que no tienen demanda habitual en nuestro país, como el garrón y el brazuelo, que los chinos lo pagan muy bien”, expresó Víctor Tonelli, un consultor ganadero.