En 2012 la maleza Amaranthus hybridus ocupaba en la Argentina medio millón de hectáreas. Ocho años después se puede encontrar en alrededor de 20 millones. El crecimiento explosivo de esta variante de yuyo colorado es un reflejo de una problemática que afecta al campo argentino desde hace ya un tiempo y que solo la investigación, la tecnología y las buenas prácticas agrícolas pueden ayudar a mitigar.

Cada año, #LNCampoMalezas se propone abordar la cuestión de la resistencia de las malezas a través de las novedades que traen al mercado las compañías. La generación de nuevas moléculas, la combinación de distintos modos de acción y las recomendaciones generales sobre las prácticas de manejo se vuelven herramientas fundamentales para que el productor no vea afectado el rendimiento de su cultivo.

La resistencia de malezas como el yuyo colorado y rama negra, por ejemplo, está más que documentada. La ya mencionada Amaranthus hybridus presenta biotipos con resistencia a glifosato, a inhibidores de ALS, a hormonales y múltiples. En tanto, Amaranthus palmeri también tiene biotipos resistentes a glifosato e inhibidores de ALS, aunque aún falta confirmar si posee resistencia múltiple. Rama negra, por su parte, ya había mostrado resistencia a glifosato en 2012. Y en 2019 se pudo confirmar la resistencia a inhibidores de ALS y se encuentra en alerta amarilla un biotipo del noreste de Buenos Aires, posiblemente resistente a glifosato, a inhibidores de ALS, al inhibidor de PPO saflufenacil y a los hormonales 2,4D y dicamba. Ante este panorama, empresas como Corteva Agriscience y Rizobacter nos acercan sus novedades y nos cuentan cómo vienen trabajando este complejo problema.

En el caso de Corteva, para esta campaña anuncia dos nuevos herbicidas: Remigate, para controlar gramíneas anuales y amaranthus, y Pixxaro, un producto presiembra eficaz en conyza resistente a herbicidas ALS. Pero, además, con el Sistema Enlist ofrece el paquete biotecnológico más completo para combatir las malezas.

Rizobacter, en cambio, investiga cómo mejoran los adyuvantes a la estabilidad de las mezclas de herbicidas residuales. En su nuevo Laboratorio para la Evaluación de Adyuvantes y Formulaciones detectó, por ejemplo, que el pH de caldo que se obtiene al cargar las dosis típicas de glifosato, habitualmente sal potásica, es negativo para la estabilidad de la mayor parte de los herbicidas residuales. Productos como RS Extremo y RS Integrum mejoran la eficacia de las aplicaciones.

La buena predisposición del productor argentino a la tecnología y la innovación termina siendo vital para afrontar las diferentes problemáticas que pueden afectar a los cultivos, entre ellas las malezas. #LNCampoMalezas hace su aporte generando un espacio para conectar a las empresas con quienes trabajan el campo día a día a través de las últimas novedades y las mejores soluciones.

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