El Frente de Todos juega con inquietud su propia interna en un clima de alto voltaje

Un viaje de ida y vuelta a Chivilcoy en el helicóptero presidencial; una salida de campaña de un intendente del Conurbano fuera de su zona de confort; una avanzada territorial de La Cámpora que lleva al PJ histórico a temer un rechazo de la clase media, y las estrategias desplegadas para “no perder por paliza” en el interior bonaerense, configuraron esta semana preelectoral un combo de alto voltaje político dentro del variopinto “planeta panperonista”.

Es que debajo de las listas de unidad que cerró en casi todo el país, el Frente de Todos disputará su propia interna el próximo domingo. El resultado de las PASO tendrá un impacto directo sobre la coalición de gobierno, cuyos referentes bailarán al ritmo de lo que suceda en la provincia de Buenos Aires. “Estamos ante una elección muy ajustada; no nos da para la euforia”, deslizó a LA NACION un intendente oficialista del Gran Buenos Aires.

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Tal vez por eso se observan aprestos para el lunes posterior a las elecciones primarias. En el FDT no pasó inadvertida la presencia del embajador en Brasil, Daniel Scioli, junto al presidente Alberto Fernández en la visita a una fábrica de calzado deportivo en Chivilcoy. “El Pichichi siempre es convocable”, definió con gracia un colaborador del mandatario, en referencia a la posibilidad de que el exgobernador forme parte de un eventual relanzamiento del Gabinete.

Fernández y Scioli volaron juntos a Chivilcoy en el helicóptero presidencial y tuvieron tiempo para ponerse al día. ¿De qué hablaron? De la situación inestable de Brasil a partir de la presión de Jair Bolsonaro sobre el Poder Judicial y del escándalo que llevó a la suspensión del clásico sudamericano por las eliminatorias mundialistas. “Fue una muy buena charla”, afirmaron las fuentes consultadas. Scioli se convirtió en una “carta defensiva” para Fernández.

Alberto Fernández junto a Daniel Scioli en la visita conjunta a Chivilcoy.

El Presidente ya había apelado al embajador antes del cierre de listas, cuando arreciaba la presión interna en el FDT para que cediera a su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para encabezar la nómina bonaerense. Entonces fue la Casa Rosada la que hizo circular el nombre de Scioli para ganar tiempo y definir la estrategia que derivó en la postulación de Victoria Tolosa Paz, la candidata que ungió Fernández a regañadientes del kirchnerismo duro.

Ahora, Scioli vuelve a aparecer en escena cuando en la coalición gubernamental se da por sentado que el resultado de las PASO forzará un recambio del Gabinete, con nombres más vinculados al kirchnerismo que al “albertismo”. Uno de los que sigue sonando es el del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, quien esta semana apareció en actos de campaña fuera de su territorio junto al ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.

El jefe comunal, que tiene un pacto político con Máximo Kirchner, estuvo en Santa Teresita y en Dolores para apuntalar a los candidatos locales del FDT y acompañar a De Pedro, sobre quien no faltan los que piensan que tras las elecciones incrementará su rol de “articulador” entre los distintos espacios internos. En el titular de la cartera política se posan los ojos de referentes de peso en el oficialismo para la segunda mitad del mandato de Fernández.

El intendente de Lomas, Martín Insaurralde, entre Santiago Cafiero y «Wado» de Pedro en el acto de ayer en Mar del Plata. (Twitter/)

“Cualquier traspié del oficialismo (en las PASO) va a enfatizar la posición de Cristina de que hay funcionarios que no funcionan. La frase de Alberto en Tecnópolis (”no voy a traicionar”…) predice que algo está por pasar”, dijo un analista con llegada al Presidente. La “kirchnerización” definitiva del FDT es resistida por jefes territoriales del PJ que alertan que la avanzada camporista puede redundar en una pérdida de apoyo de la clase media.

El temor más palpable por estos días se ubica geográficamente en la Primera Sección Electoral (norte y noroeste del Conurbano), donde al oficialismo “no le sobra nada”, al decir de un jefe comunal en la antesala de las PASO. Un ejemplo acontece en Hurlingham, tras la salida de Juan Zabaleta hacia el Ministerio de Desarrollo Social. “Los pibitos hacen actos en la puerta de la municipalidad como si estuvieran en 2014; nos espantan votos”, afirmó un dirigente local.

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Si en la Tercera Sección (sur y oeste del Conurbano) el FDT espera ganar por una diferencia de al menos 15 puntos sobre la sumatoria de votos de Juntos (Diego Santilli + Facundo Manes), en la Primera esa ventaja se acorta a los cinco puntos, según las previsiones de la fuerza gobernante. La ecuación se invertiría por completo en el interior de la Provincia, donde hay encuestas que proyectan que el oficialismo no sacará más del 30% de los sufragios.

“Perdemos por paliza en el interior”, se lamentó un legislador peronista, que atribuyó la esperable caída en la performance del FDT –en relación a la victoria de 2019- a medidas que enojan al sector agropecuario, como el cepo a la exportación de carne, que justificaron tanto Alberto Fernández como Cristina Kirchner. Aunque el tercer integrante de la mesa chica, Sergio Massa, se diferenció con un mensaje más amigable con el sector.

El jefe del Frente Renovador, Sergio Massa, ayer en el cierre del FDT desde Junín.

El presidente de la Cámara de Diputados recibió a empresarios de la industria agropecuaria y prometió apoyo a un proyecto de ley para establecer una “identidad” de la maquinaria que se produce en el país. Ayer, en tanto, encabezó el cierre de la campaña bonaerense del FDT desde Junín, el “pago chico” del fallecido exministro de Transporte Mario Meoni. Pero más allá de sus esfuerzos, el clima político es refractario al oficialismo en el interior bonaerense.

“Los reyes del corte”

“No hemos conquistado ni un solo voto de nadie desde que estamos en el Gobierno. La responsabilidad política es de Alberto y Cristina, aunque el gobernador (Axel Kicillof) brilla por su ausencia”, dijo otro jefe comunal consultado en reserva por este diario. Incluso, lanzó la sospecha de que habrá distritos peronistas donde se promoverá el corte de boleta en detrimento de la lista de Tolosa Paz. “Berazategui y Ezeiza son los reyes del corte”, graficó.

En la misma línea, aseguró: “Nuestra campaña está tan mal organizada que nadie baja las ideas fuerza. La única que nos queda es tener prendido el televisor todo el día en C5N para escuchar el mensaje que bajan ahí”, ironizó. Y envió su propio mensaje: “Hace 60 años que el presidente del peronismo bonaerense presenta la renuncia cuando se pierde una elección”. Teléfono para Máximo Kirchner, que tiene previsto asumir el cargo en diciembre, tras las elecciones.

Máximo Kirchner durante el cierre de campaña del Frente de Todos en Bahía Blanca. (Gentileza Prensa FDT/)

Si bien el FDT podría obtener el domingo una victoria inicial en las PASO bonaerense, la película completa se verá tras las elecciones de noviembre. ¿Quién se hará cargo del resultado? “La responsabilidad le cabe al Presidente”, no dudó en sentenciar uno de los consultados. Pero otro advirtió: “En los focus group salta que cuando a la gente le preguntan por la economía, le echan la culpa a Cristina, porque perciben que la que gobierna es ella”.