Al natural: una casa de madera en los Hamptons recobró su esplendor con claridad y sencillez
Lo que se conoce como los Hamptons es una sucesión de pueblitos en la costa de Long Island, en el estado de Nueva York. Su fama mundial se debe a que es el lugar elegido por los ricos y famosos para pasar el verano, pero hay sectores resguardados del bullicio que acompaña a las celebridades. Es el caso de Shelter Island, que preserva el espíritu bohemio que dio vida a la zona en 1920. Hasta ahí llegaron Harriet Maxwell Macdonald (parte del trío de diseñadores detrás de la firma de decoración Ochre) y su marido, Andrew Corrie (fundador de la marca de artículos para el hogar Canvas Home), y compraron una casa de madera casi en ruinas por el daño que le habían causado las termitas.
El dueño de casa toca en este piano Steinway lijado y blanqueado a tono con el estilo de la construcción. (Estudio Gregory Phillips/)
La residencia de 1979 fue prácticamente reconstruida manteniendo su estilo original para convertirse en el refugio de fin de semana de la pareja y sus tres hijos. Un gran ambiente social abierto al paisaje, un playroom, cinco dormitorios, un gigantesco deck y una pileta constituyen las comodidades de este enclave con un irresistible clima playero definido principalmente por la madera blanqueada y la sencillez de la ambientación.
Alfombra de fibras naturales con bordes de cuero. El sofá ‘Eternal Dreamer’ (Ochre) define el living y comparte el color de las cortinas. Sobre el mueble y con respaldo de chapa, pequeña salamandra «de mesa» (Chesney’s). (Estudio Gregory Phillips/)
En el comedor, mesa de roble con patas metálicas (Canvas Home) y sillas Wishbone. La lámpara (Ochre) es de Jonathan Kline, un artesano de Nueva York descubierto por los dueños, que ahora diseña para la firma. (Estudio Gregory Phillips/)
A una hora de la ciudad. Una casa entre la Provence y los Hamptons
Glorioso exterior
La remodelación de la casa incluyó la transformación de la galería original en un amplio deck donde la familia pasa la mayor parte del tiempo. Sillón rinconero fijo y otros transportables para buscar el sol o la sombra. La madera al natural o blanqueada sigue el juego del interior. (Estudio Gregory Phillips/)
Rincón de Cobo. Una chacra marítima transparente se eleva entre paisajes soñados.
El comedor se abre al living exterior protegido bajo una pérgola de bambú. Un tono ligeramente más oscuro en el interior de la pileta genera un efecto de estanque. (Estudio Gregory Phillips/)
Una cocina tan simple como impresionante
La superficie de la isla (Valcucine) tiene un acabado de cristal arenado que combina muy bien con la madera presente en toda la casa (Estudio Gregory Phillips/)
La adorable cocina esmaltada es el modelo Cluny fabricado por la centenaria marca francesa Lacanche. (Estudio Gregory Phillips/)
El área privada
El cuarto principal en el primer piso, con cama de madera y mesita regulable (todo, de Canvas Home). Almohadas batik (Kirsten Hektermann) y lámpara ‘Scorpion’ (Ochre). (Estudio Gregory Phillips/)
Cama tapizada en cuero (Ochre) y lámpara de algodón y bambú (Paris au Mois d’Août) para la niña de la casa. En el baño principal, bañadera con borde laminado (Sunrise) y azulejos cementicios y pintados (Emery & Cie). (Estudio Gregory Phillips/)
Color y textura. Sencillez y mucho estilo en una casa de José Ignacio
Plácido anochecer con vista al agua. Shelter Island es un paraíso de 70 kilómetros cuadrados. Ubicado en el extremo noreste de Long Island, sólo es posible acceder en barco. (Estudio Gregory Phillips/)